"Rocío de la Cámara" Jerez de la Frontera (Cádiz)

 
Sigla: UHN “Unión de Criadores de Toros de Lidia”


 
En el epicentro de la Sierra de Gibaldín se encuentra una de esas ganaderías que poseen como seña de identidad el apego a una sangre tan personal y de tanta clase como es la de Osborne. Una sierra, un paraíso natural que atraviesa parte de la provincia de Cádiz, agigantando su importancia en el término municipal de Jerez de la Frontera. Rodeada de llanuras que circundan los valles de los ríos Guadalquivir y Guadalete, la de Gibaldín es una sierra que en realidad es una atalaya natural, un lugar estratégico. Todos los machos de Rocío de la Cámara pastan en sus estribaciones.


 
Hablamos de una ganadería con trayectoria y leyenda. Más de 60 años hace que la formó Fernando de la Cámara y que hoy la dirige su hija Rocío. "La ganadería la forjó mi padre en 1952 y desde el inicio quiso que su hija se aficionara al toro bravo porque su sueño era que, al no tener hijo varón, fuese su hija quien tomara su testigo. De hecho, en 1965 ya anuncia la ganadería a su nombre. Estamos hablando que la historia es de más de medio siglo y por tanto durante este tiempo se han atravesado todo tipo de etapas"



 
A lo largo del tiempo no ha variado la afición por el toro bravo. Pero sí cambiaron los parámetros y el encaste. Lo que durante años fue predilección por todo lo procedente de Carlos Núñez, hoy es un estandarte de la línea más suculenta y pura de Osborne. Hoy el encaste es Osborne y Domecq. Las primeras vacas de Osborne las comprarón en los años 80 que fue cuando se enamoron de la pureza genética de ese encaste. Desde entonces han creído mucho en esa raza, en su fondo de bravura, en su galope y por encima de todo en su calidad. Hace unos años echaron un toro de Núñez del Cuvillo, de nombre Timón, indultado en Tarifa, que les  ha servido para refrescar y apuntalar todas las líneas que tienen de Osborne y Domecq.




El comportamiento y los matices que aporta al toro bravo una línea tan definida y con tanta personalidad como es lo de Osborne. Lo más importante que posee Osborne es su clase, eso es un valor añadido en el toro bravo y más en estos tiempos. Genéticamente es un tipo de animal muy puro. Es verdad que quizás por su consanguinidad la ganadería matriz ha perdido fuerza en los últimos años, pero el reguero de clase y calidad que ha formado con los años es importantísimo para quienes creen en la clase como la virtud más determinante de un toro bravo.
 

 
La clase como seña de identidad. La calidad, en definitiva. Rocío de la Cámara no oculta que su concepto de bravura se encuentra mediatizado favorablemente sobre esa base. Siendo muy niña recuerdo que don Álvaro Domecq me dijo en un tentadero que si selecciono buscando clase, mis toros sacarían clase porque la clase me daría clase. En aquel momento no di importancia a sus palabras pero el tiempo me ha demostrado que tenía mucha razón. Sin embargo, su fijación por la calidad no le hace perder la perspectiva de saber que el toro bravo debe tener otras características que acompañen a la clase: Es evidente que únicamente con la calidad no moldeas un toro bravo porque al final el toro ideal que cada uno buscamos es una suma de factores. Personalmente, el prototipo del toro que busco es una fusión entre la bravura, la nobleza y la propia clase, que a su vez es la unión de otras características como la repetición, la humillación, la profundidad y el galope.


 
Por su experiencia a lo largo del tiempo, Rocío de la Cámara admite que los vértices de selección y de comportamiento de los animales bravos son muy amplios. “Un toro puede ser muy bravo y no tener clase. Y un toro puede tener mucha calidad y no tener bravura. En la crianza del toro hay muchos matices que hay que tenerlos en consideración a la hora de hablar de virtudes y defectos”. A juicio de la ganadera sevillana la bravura: Es acometividad, movilidad, fondo y transmisión. La bravura es la fuerza que tiene un toro para pelear en la plaza hasta el final. Su potencia es la bravura. Eso no quiere decir que la bravura sea un sinónimo de toro bueno. Como tampoco un toro con calidad es obligatoriamente un buen toro si no tiene fondo para repetir o si le falta fuerza. El toro excepcional y el que todos los ganaderos buscamos es el que aúna bravura y clase, ese es el toro que garantiza el disfrute del público y el éxito del torero.




La exigencia en el tentadero es un puntal para buscar ese toro ideal que nos ha definido Rocío de la Cámara. El banco de pruebas, el secreto mayúsculo de todos los criadores de toros bravos. Para llegar lejos criando toros debes ser muy exigente. Nosotros utilizamos dos criterios que nos han dado buenos resultados a lo largo del tiempo que es la seriedad en el manejo y la escrupulosidad a la hora de la selección. Sin olvidar un tercer factor que es muy importante tanto en el campo bravo como en la vida que es la suerte.

 
Hemos hablado mucho de calidad y aún más del concepto clase. La clase empieza por el galope que es la entrega y que es además ritmo, son, tranco, humillación, modo y forma de colocar la cara…; no sirve un toro con movilidad porque la movilidad nunca es determinante si se mueve mal. Hoy en el toreo se habla mucho de toros con movilidad pero la pregunta es: ¿Cómo se ha movido?.


 
Ganadera de gran afición, Rocío de la Cámara es pura pasión por sus animales y por continuar desarrollando su concepto de crianza del toro. Ser ganadera es una satisfacción. Es sacrificado y no está recompensado desde un punto de vista económico, pero cuando ves galopar a un toro y ves lidiar un animal que se acerca a ese ideal de toro bravo que llevas en la cabeza, eres la persona más feliz del mundo.


Cortijo de la Sierra, La Sierra de Gibalbín abriga este cortijo andaluz del siglo XIX. Tiene alma taurina y tradición agrícola, a pocos minutos de Jerez de la Frontera. Este cortijo es sinónimo de naturaleza en estado puro. Conviven agricultura, cacería, ganadería brava y de caballos de pura raza español de una forma muy especial; dando vida a un pequeño paraíso con mucho sabor andaluz.





El Cortijo encalado que tras su portón verde de madera esconde un gran patio empedrado con limoneros y naranjos que nos recuerdan a las labores agrícolas y ganaderas de antaño.




La ganadería brava, por la sierra y los llanos pastan los astados de la ganadería Rocío de la Cámara, propietaria de la finca. La ganadería de caballos Pura Raza Española.


 

De la Cámara Ysern, Dña. Rocío

Sigla: UHN.

Asociación: “Unión de Criadores de Toros de Lidia”.
Localización: Jerez de La Frontera (Cádiz)
Propietario:
Dña. Rocío de la Cámara Ysern
Avda. de la República Argentina, 16 – 2º A
41011 Sevilla.

Divisa: Azul.

Señal oreja: Zarcillo en ambas. (Zarcillo)
Finca:
'Cortijo de la Sierra'  Jerez de la Frontera (Cádiz);
'Dehesa Boyal'  Chiclana de la Frontera (Cádiz).

Historia:

En 1920 adquirió esta ganadería don Antonio Flores Tassara, la cual había sido formada por don Diego Hidalgo Barquero, y después de muchas transmisiones pasó a dicho señor, que en 1931 se la vendió a don Marcial Lalanda, el cual le agregó en 1933 un lote de vacas y dos sementales del señor Conde de la Corte y eliminó lo de la anterior procedencia. En 1945 fue vendida a don Silverio Fernández Ovies, y en 1952 la adquirió don Fernando de la Cámara, que la rehizo con reses de “Carlos Núñez” y “Villamarta”, variando el hierro por el que actualmente utiliza. El lote adquirido en 1960 a don Samuel Flores fue posteriormente eliminado, y desde 1965 se anuncia a nombre de su hija y actual propietaria. En 1991 adquiere un lote de hembras de la de herederos de don José Luis Osborne.
Procedencia actual: D. Juan Pedro Domecq y Díez-D. José Luis Osborne Vázquez.

Mayoral: Juan Galán Florido.

Antigüedad: 17/06/1979

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